El GLP es una rara avis en las carreteras españolas, si bien a lo largo y ancho del resto del mundo hace ya mucho tiempo que es un complemento, por decirlo de alguna manera, relativamente popular en los motores de combustión.

Por una serie de razones que ahora veremos, el mercado español ha funcionado de manera más lenta en la implementación del GLP, y todavía hay muchas dudas sobre qué es, cómo funciona, sus ventajas y sus desventajas.

Por esa razón, en este post haremos un repaso completo al GLP o autogás, para solucionar todas las posibles consultas relativas a este combustible.

¿Qué significa GLP? Gas Licuado del Petróleo


GLP son las siglas de Gas Licuado del Petróleo, un tipo de combustible formado por butano y propano y sometido a presión. Su extracción procede tanto de los yacimientos de gas natural (en un 60%), con el procedimiento conocido como Upstream, como del refino del petróleo en refinerías (el 40% restante), lo que se conoce como Downstream.

El GLP, que también se conoce como autogás, es el combustible alternativo a gasolina y diésel más empleado en todo el mundo. De todo el parque de vehículos que emplean GLP, unos 50.000 lo hacen por las carreteras de España, principalmente taxis, autobuses urbanos, camiones de basura o flotas de vehículos. Desde su liberalización en 2007 su presencia ha aumentado también a vehículos particulares.

Históricamente, el GLP ha tenido una mayor implantación en la industria y el transporte, gracias a las ventajas que ofrece y que ahora veremos.

Usos habituales del GLP


Podemos encontrarnos vehículos con GLP con dos tecnologías:

Los modelos bi-fuel no los verás en turismos, pero sí son empleados en vehículos de transporte como camiones pesados y furgonetas.

¿Por qué no se utiliza tanto el GLP en España?

Puede parecer que el GLP es algo nuevo ya que, como hemos comentado, no es común en nuestro país, pero lo cierto es que lleva en la industria más de 100 años, desde el inicio del sector de la automoción.

Su origen está en los experimentos del químico estadounidense Walter Snelling quien, en 1911, separó el propano y el butano de la gasolina y los licuó a baja presión (entre 3-10 bares) para conseguir el GLP. Su interés por estos gases viene de que la gasolina sin refinar de la época tenía una alta tendencia a la evaporación, además de ser mucho más inestable que la que conocemos hoy en día. De esta manera, Snelling creó un componente, el GLP, que era transportable en estado líquido y evaporable como gas.

Sometido a temperaturas por debajo de los -40ºC, el gas licuado pasa a estado líquido, estado en el que se almacena para ser introducido en los vehículos. De esta forma, su manipulación en las refinerías es más sencilla y estable (evita fugas) en comparación al estado gaseoso, y facilita también su transporte y almacenamiento.

De hecho, el GLP tuvo cierto protagonismo, sobre todo en la década de los años 20 del siglo pasado, pero no dio el paso definitivo hasta la denominada Crisis del Petróleo de 1973, cuando la capacidad exportadora de los países productores aumentó de forma considerable y se abrieron plantas de recuperación de líquidos en países como Venezuela, Argelia, Indonesia, Australia, etc.

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Actualmente, en las versiones bi-fuel o dual-fuel, el autogás o GLP dispone de su propio depósito y surtidor en las gasolineras, y el vehículo de una toma de alimentación propia, a través de una boquilla adaptadora por la cual el GLP entra a presión y bajas temperaturas. El modo de repostaje es similar al tradicional, en definitiva.

¿Cómo funcionan los coches que llevan GLP?


Los vehículos que emplean GLP disponen de dos tanques diferenciados de combustible: el tradicional, de gasolina (vamos a obviar los diésel por lo poco comunes que son), y un tanque de GLP (Gas Licuado del Petróleo), que normalmente está en el compartimento de la rueda de repuesto o sobre el eje trasero.

De este modo, el coche se alimenta en modo bi-fuel y está dispuesto para funcionar con los combustibles de forma independiente. El procedimiento es el siguiente:

Por otra parte, la combinación de gases en el GLP cambia según el vehículo. Así, tenemos que, en transportes pesados, los porcentajes suelen ser de 65% butano y 35% propano, encontrándonos con proporciones 70/30 o 60/40 (menos eficiente), en vehículos más ligeros.


Adaptar un modelo a GLP ¿Es una buena idea?


Una circunstancia curiosa del GLP es que se puede adaptar, es decir, añadir el sistema a vehículos convencionales con una única alimentación (recordamos, sólo en gasolina, en diésel es menos común y más arriesgado). De esta forma, a través de talleres especializados, podríamos añadir – generalmente, en el maletero – un depósito de GLP a nuestro vehículo.

Eso sí, esta homologación, que será después la ITV quien la autorice, no se puede realizar en modelos de gasolina con una homologación inferior a Euro 3, es decir, vehículos de más de 20 años.

Sin embargo, adaptar un coche a GLP tiene sus riesgos, empezando con que puede haber problemas a la hora de adaptar coches especialmente potentes, debido a la cadencia de los inyectores, que pueden dificultar que se llegue a inyectar el GLP en el circuito de cilindros.

Hay otros riesgos, como son:

Una mala calibración


Cuando se realiza una adaptación, la centralita que se encarga de suministrar el GLP toma los datos de la centralita original del vehículo, a través de un bypass, que logra que según el combustible que se utilice, los inyectores de gasolina o los de GLP se detengan. En el caso de una mala calibración, podríamos notar una diferencia en la conducción en relación con el tacto del motor.

Resecado de las válvulas


El problema más habitual, y que nos puede llevar a que, si adaptamos un vehículo, necesitemos reforzar nuestras válvulas, es que el aumento de temperatura que se da en la cámara de combustión al utilizar el GLP produzca un resecado de las válvulas, que puede ocasionar un problema grave.

Un coche más pesado con menos espacio en el maletero


Obviamente, el depósito de GLP pesa, más aún cuando está lleno, razón por la cual será más difícil que antes desarrollar potencia y alcanzar una determinada velocidad. 
Sin embargo, seguramente la peor parte de la adaptación sea la pérdida de espacio que perderemos en el maletero o en el compartimento de la rueda de repuesto, de tenerla.

¿Los vehículos que usan GLP se consideran híbridos?


No, ya que los vehículos híbridos disponen de batería o motor eléctrico, además del sistema de combustión, mientras que los vehículos GLP utilizan una única motorización pero con dos tanques de combustible, por lo que se les considera bicarburados (bi-fuel o dual-fuel).

¿Qué autonomía tienen los vehículos con GLP?


Por lo general, la autonomía de un depósito GLP lleno estará entre los 300-500 km, lo que sumado a la autonomía del tanque de gasolina tradicional puede dar una autonomía realmente grande en combinación.

Sin embargo, conviene destacar que la eficiencia no es la misma. El GLP tiene, en general, un peor rendimiento que la gasolina debido a la energía calorífica del GLP, que resulta en una menor distancia recorrida en comparación con la de la gasolina.

Como tal, el rendimiento del GLP con respecto a la gasolina suele ser entre un 5-10% inferior.

Dónde repostar GLP


En España, en 2022, hay algo más de 800 estaciones de servicio que surten GLP, la gran mayoría situadas entre Madrid, Andalucía y Región de Murcia/Comunidad Valenciana.

La principal ventaja del GLP, menos emisiones y residuos en la cámara de combustión
La principal ventaja de los vehículos que utilizan GLP es la relacionada con la contaminación, ya que emiten de media un 15% menos de dióxido de carbono que los vehículos de gasolina y un 80% menos de óxidos de nitrógeno (NOx) que los diésel (salvo aquellos que empleen Adblue). De la misma manera, genera menos residuos en la cámara de combustión, que son una fuente de problemas más común de lo que parece.

Por esta razón, los vehículos con GLP disponen de la etiqueta ECO de la DGT, con las ventajas que ello supone en cuanto a permiso de circulación en los centros de las ciudades, y rebajas en los impuestos de matriculación, parquímetros o peajes.

¿Es rentable un coche GLP?


Si has llegado aquí porque te estás planteando la adquisición, sea compra o renting, de un vehículo con GLP, puede que la duda a la que más vueltas das es a su rentabilidad.

A fin de cuentas, son vehículos más caros que los de motorización convencional, y tendrás que tener en cuenta también el precio de los combustibles y el consumo medio del modelo o modelos en que estás interesad@.

Por lo general, se entiende que los coches con GLP amortizan la inversión cuando se realizan más de 12.000 km/anuales. A partir de ahí, todo es hacer cuentas 😊