Fallos del motor: por qué se le rompe el corazón a tu coche

Cuando tienes un coche bien cuidado y con un correcto mantenimiento, lo habitual es que no tengas ningún tipo de problema y la vida útil de tu vehículo se alargue durante mucho tiempo. 

Sin embargo, no está en nuestra mano poder evitar que a veces surjan averías. Si se ha encendido el testigo del fallo motor y no sabes a qué se puede deber, sigue leyendo, en el post de hoy te contamos qué puede estar pasando en tu coche. 

Testigo fallo motor

Seguro que alguna vez se te ha encendido el testigo de fallo motor en el tablero de instrumentos. Esta pequeña luz hace que salten todas las alarmas y que esperes lo peor. Sin embargo, es muy importante conocer el significado de los testigos, pues existen diversos motivos por los que se pueden encender. 

Que se encienda el testigo del fallo motor no significa que el coche tenga una avería grave. Lo que nos puede ayudar a determinar si se trata de algo severo o no, es el color del testigo. 

Cuando la luz de los testigos es de color naranja, nos encontraremos ante fallos leves y nos indica que el problema reside en la gestión electrónica del motor. Podrás seguir utilizando el coche, pero debes acudir al taller cuanto antes. 

Por otro lado, cuando la luz de estos es roja, los fallos son mucho más graves y debes, por recomendación del fabricante, parar el motor de inmediato o, de lo contrario, podría producirse un daño irreversible.

Hay que tener en cuenta que en muchos casos también se puede deber al mal estado de algunos componentes secundarios y que no será hasta que el coche esté conectado a una máquina de diagnosis cuando conozcamos el motivo real de la aparición del testigo motor.
 

Síntomas de que algo va mal

Como hemos visto antes, la luz de los testigos son de un color u otro según la gravedad de la avería. Si en tu caso, el coche no discrimina los tipos de averías, tendrás que atender a los síntomas del vehículo. 

Podrás considerar que la avería es grave cuando percibas:

• Pérdida de potencia: el coche disminuirá su capacidad a la vez que se enciende la luz del motor.
   
• Exceso de humo y olores raros: humo blanco saliendo del motor debido a un sobrecalentamiento o del tubo de escape, por un problema con el combustible, acompañado de olores extraños. 
  
  
• Ruidos extraños del motor: tipo explosión, golpe o vibración, que pueden deberse a un fallo con la gasolina, una falta de afinación con el motor o un problema con la transmisión, respectivamente.
  
  
• Sobrecalentamiento: si además del testigo del motor se enciende el de la temperatura, se debe a que el coche no está bien refrigerado.
  
  
• Aumento del consumo del aceite y combustible. 
  
  
  

Fallos del motor más comunes

Las causas que pueden provocar que se encienda el testigo del fallo motor son muchas, pero entre las más comunes, encontramos las siguientes:

• Sistemas de control de emisiones: se puede tratar de la bomba de control de emisiones, que al quemar los restos de combustible puede quedar atascada o incluso el sistema de evaporación de emisiones, que se encarga de controlar los gases que se expulsan. Cambiar estos elementos puede costar en torno a los 150€. 
  
  
• Sonda Lambda: es un sensor, también conocido como sensor de oxígeno, que podemos encontrar en el tubo de escape y cuya función es comprobar que la combustión es óptima y que los gases se transforman de forma correcta. A veces el testigo se enciende por un fallo en la sonda o por fugas de refrigerante. Es aconsejable cambiar este sensor cada 30.000 km y  costará unos 200€. 
  
  
• Caudalímetro: sirve para dosificar el aire que entra en el motor y determinar así el combustible necesario y el nivel de gases emitidos. Como es lógico, si este falla, el consumo puede dispararse y saltar el testigo del fallo motor. Sustituir esta pieza rondaría los 350€.
  
  
• Catalizador: se encarga de reducir las emisiones contaminantes al expulsar los gases de escape al exterior. Este componente es caro y su reparación podría costar unos 1000€. 
  
  
• Avería de la bobina de encendido: se encarga de proporcionar corriente a las bujías. Se trata de una pieza en constante uso, por lo que es importante que cuente con un buen mantenimiento. Si falla, se activará el testigo del motor. Su cambio te costará unos 220€. 
  
  
• Fallo del termostato: es un elemento imprescindible en el sistema de refrigeración, ya que se encarga de regular la temperatura para evitar sobrecalentamientos. Cambiar el termostato nos costará unos 200€. 
  
  
• Bujías: Un mal estado de estos componentes o de su cable puede causar el fallo motor. Sustituirlas a tiempo no es caro.
  
  
• Tapa del depósito combustible: aunque parezca raro, que la tapa del combustible no esté en buen estado, puede hacer que el piloto del fallo motor salte, así como disparar el consumo de combustible y las emisiones. 
  
  
• Válvula EGR: se encarga de controlar la recirculación de los gases de escape. Si se avería, hará que se encienda el testigo del fallo motor, el coche perderá potencia y el consumo de combustible se disparará. Es una avería y cambiarla nos costará entre 100 y 400€, según el coche. 
  
  

Hay que tener en cuenta que muchas veces el testigo de fallo motor se enciende de manera temporal y basta con apagar el coche y volver a arrancarlo. Esto puede deberse a un fallo de conexión o mal contacto de algún elemento. 

¿Puedo pasar la ITV con el testigo encendido?

Con la normativa de 2018 de la ITV, si acudes con el testigo de fallo motor encendido o memorizado en la ECU, no pasarás la inspección técnica.
 

¿Me cubre el seguro el fallo del motor?

Es probable que sepas que los seguros a terceros cubren los daños provocados a otros en un accidente, mientras que los seguros a todo riesgo cubren además los daños del propio coche. Sin embargo, si la avería del motor no se debe a un accidente, el seguro únicamente cubrirá el coste de la grúa y el traslado al taller. 

Si las averías del motor te preocupan, siempre puedes añadir una cobertura en tu póliza para las averías mecánicas incluya la reparación o sustitución de piezas dañadas, entre ellas el bloque motor y electrónico. Para coches de más de cuatro años, suele tener un límite de 2.500 o 4.000 euros.