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No hace tanto, el cuadro de mando de un coche constaba de
muy pocos elementos: símbolo de aceite, de combustible, cuentarrevoluciones,
velocímetro y muy poco más. Con el tiempo se han ido complicando, añadiendo
nuevas funciones y testigos, que van desde el control del aire de los
neumáticos, la posibilidad de manipular la radio desde el volante, el control
de crucero, etc.
De entre todos estos elementos hay uno en concreto que nos
hace temblar cuando lo vemos encendido. Es normal, no solemos estar acostumbrados
a él, por lo que, si se enciende, saltan las alarmas. Es el EPC.
En este post explicaremos qué es el EPC del coche, su significado, los problemas más habituales que suele representar, qué hacer si se enciende este testigo y si se puede conducir con EPC encendido.
Como has podido comprobar, la irrupción de la electrónica en el sector del automóvil (expansible a otros sectores), ha traído muchas más cosas buenas que malas. Y entre las buenas pero que parecen malas, está el testigo EPC.
Cuando se enciende nos indica que hay una avería que afecta al sistema electrónico. Por lo tanto, nuestro deber será atender a esa avería y reparar nuestro vehículo. Según sea la gravedad, el EPC podrá llegar a determinar que el coche no arranque, por lo que habría que llamar a la grúa.
Un fallo que afecte al EPC de nuestro coche y haga que el piloto se encienda puede ser desde algo sencillo de reparar hasta un problema realmente grave, como puede ser un fallo interno en el motor que hará que nuestro vehículo pase una temporada larga en el taller. Por esta razón, cuantificar sin una máquina de diagnosis es arriesgado. Pasamos a enumerar los problemas más habituales que pueden hacer que se encienda el testigo EPC de tu coche.
Por lo general, cuando el testigo EPC se enciende, podemos esperarnos las siguientes advertencias que, como hemos comentado, pueden llevar a que el coche quede bloqueado:
Ante todo, el testigo EPC no es una de esas luces que podemos obviar durante un rato, ya que indica que hay una avería del sistema electrónico. Como hemos visto, según la avería, el coche podrá llegar incluso a bloquearse.
Por esta razón, si vemos que el EPC se enciende, lo más sensato será llevar el coche a un taller mecánico a la mayor brevedad. En caso de bloqueo, cuidar y cumplir con las medidas de seguridad necesarias para salvaguardar nuestra integridad y la del resto de los ocupantes del vehículo, y llamar a una grúa.
EPC son las siglas de Electronic Power Control. Se trata de uno de los elementos de control del estado del vehículo. Está presente en casi todas las marcas y modelos actuales, y está relacionado, como su nombre indica, con la Unidad de Control Electrónico del vehículo (ECU) o centralita.
ECU significa Engine Control Unit, esto es, Unidad de Control del Motor. Es el ordenador central del coche que recibe toda la información de los distintos controladores y sensores que hay repartidos por el vehículo.
Su uso se ha venido extendiendo desde la segunda mitad de los años 90 del siglo XX, a medida que los coches veían cómo aumentaban sus sistemas electrónicos.
Por ejemplo, las primeras centralitas apenas controlaban la cantidad de combustible del depósito. Sin embargo, las actuales llevan cuenta desde el nivel de aceite hasta la presión de los neumáticos y dan la opción de ser programadas y reprogramadas.
La aparición de los sistemas electrónicos en los automóviles tuvo lugar a principios de los años 60 del siglo pasado. Fueron pequeños cambios que sustituían los elementos mecánicos por otros electrónicos, con el objetivo de mejorar la fiabilidad de los vehículos.
Posteriormente, gracias a los primeros avances, aparecieron nuevas tecnologías como el ABS, que marcó el inicio de una nueva era: la era de la electrónica, que no ha hecho más que crecer hasta la actualidad.
Actualmente, los coches están repletos de pequeños conductores y transistores, microchips (¿Te suena de algo?) y sensores que ya forman parte de nuestro día a día conduciendo.
Sin embargo, nuestros padres y abuelos condujeron coches que, en la práctica, eran mucho más sencillos, no de conducir, porque actualmente no pasarían ningún test de seguridad, pero sí al menos de reparar.