Mantener el sistema de frenado de tu coche en buen estado es, por razones obvias, muy importante. Hacerlo, implica cambiar los discos y las pastillas de freno cada cierto tiempo. ¿No sabes cuándo? En este post, te lo contamos.
Qué son los discos de freno
Como su propio nombre indica, son discos que están ubicados en el eje delantero o trasero del coche, a veces incluso en ambos y que giran al compás de las ruedas para ayudar a reducir su velocidad.
De esta manera, cada vez que se pisa el pedal del freno, las pinzas de freno muerden los discos para disminuir la velocidad del vehículo.
Tipos de discos de freno
Los sistemas de frenos han evolucionado a lo largo del tiempo y, es por ello que actualmente podemos encontrar diferentes tipos de discos en el mercado.
- Sólidos: tienen una superficie totalmente lisa. Son los más utilizados, especialmente en coches pequeños ya que no son tan eficaces a la hora de disminuir el calor como otros modelos. Puedes encontrarlos tanto en el eje trasero como en ambos ejes.
- Ventilados: formados por dos caras separadas por ranuras, curvaturas o álabes para mejorar la ventilación y refrigeración de los discos y disminuir el calor derivado de la fricción, así como evitar grietas. Se usa en ejes delanteros y en coches más pesados, en ambos.
- Perforados: tienen pequeños agujeros por todo el disco. Esto ayuda a liberar gases y partículas producidos por las pastillas y lograr así una mayor eficiencia al frenado. Disminuye el peso de la pieza pero a su vez mayores puntos de tensión y son propensos a agrietarse ante una fuerte frenada, aunque los últimos modelos están hechos con hierro fundido con carbono para evitar que esto suceda.
- Rayados: tienen ranuras similares a los perforados y una función similar, aunque otros beneficios. Primero, limpian los restos entre las pastillas y el disco y mejoran su fricción. Aumentan la eficacia de frenado, algunos incluso las vibraciones y disminuyen los chirridos, aunque desgastan con más facilidad las pastillas.
- Mixtos: tienen ranuras, perforaciones y rayaduras. Poseen una alta capacidad de fricción y ayudan a escapar los gases y suciedad de las pastillas.
¿Cuándo cambiar los discos de freno?
El momento de cambiar los discos dependerá, en gran medida, del uso que hagas del coche. Por lo general, los discos delanteros suelen ser sustituidos cada dos cambios de pastillas, el equivalente a unos 120.000 kilómetros aproximadamente ya que su desgaste es mayor. Los traseros, sin embargo, suelen ser sustituidos cada 240.000 kilómetros.
Para garantizar el buen funcionamiento y la seguridad de los ocupantes de tu coche, es aconsejable que se revise el estado de los discos con cada visita al taller para el mantenimiento o la revisión de pastillas. Si estos presentan daños o signos de desgaste, no dudes en cambiarlos.
Además, debes estar atento a los síntomas que nos muestran que algo falla y que quizás haya llegado el momento de sustituir los discos. Retrasar esta reparación no es buena idea, pues si se rompe un disco, te quedarás sin frenos.
Cómo saber cuándo fallan
Aunque revisemos los discos de freno en el taller cada cierto tiempo, es importante saber reconocer cuándo están fallando, ya que nos puede salvar de un buen susto. Algunos de los síntomas que nos alertan de esto pueden ser:
- Vibración inusual en el volante y en el pedal: debido a una deformación de los discos por el sobrecalentamiento.
- Cambio de color: el disco cambia su color por un tono azulado, derivado, igual que en el caso anterior, del sobrecalentamiento.
- Sonido agudo al frenar: derivado de la fricción entre metales, es posible que los discos estén rayados.
- Pedal demasiado duro o que se hunde en exceso al frenar: se debe al grosor del disco. La medida se puede verificar en el manual del vehículo o en el costado del disco. Por lo general, se considera que un disco está desgastado cuando ha perdido entre el 10% y el 15% de su espesor.
- Aviso del cuadro de instrumentos: en los coches más modernos, se enciende el testigo y nos indica que hay una anomalía mecánica.
Cuánto cuesta cambiar los discos de freno
Cambiar los discos de freno costará entre 200 y 300€, cifra que varía en función del modelo del coche y del tipo de discos que utilice.
¿Y las pastillas de freno?
Las pastillas de freno van dentro de las pinzas de freno y lo que hacen es rozar con los discos para que se disminuya la velocidad al pisar el pedal. Al tratarse de elementos que sufren un deterioro continuo, necesitan ser reemplazadas con frecuencia.
Como los discos, también podemos encontrar diferentes tipos de pastillas de freno en el mercado. Las más comunes son:- Cerámicas:se trata de las más caras del mercado y están fabricadas con fibras de cerámica, materiales no ferrosos y agentes de unión. Tienen una gran potencia de frenado, disipan muy bien el calor y producen muy poco polvo, además de ser silenciosas y duraderas.
- Orgánicas:hechas de fibra de vidrio, carbono, caucho y kevlar. Son pastillas para usos con poca exigencia. Son más propensas a desgastes, pero también son más suaves y silenciosas.
- Bajas en metal: su composición es similar a la de las orgánicas pero con entre un 10% y un 30% de compuestos metálicos. Son más ruidosas, pero ofrecen mejor frenado y transferencia de calor.
- Semimetálicas: su uso principal es en coches de alto rendimiento. Tienen mayor potencia de frenado y disipan muy bien el calor, ya que combinan varios metales. Además, son muy resistentes pero crean más polvo y son más ruidosas que otros modelos.
Cuándo cambiar las pastillas de freno
Igual que en el caso de los discos, el cambio de pastillas va a depender de muchos factores como el kilometraje, el modo de conducción, materiales de fabricación o el entorno. Por ejemplo, cuando conducimos con regularidad por vías urbanas, los frenos se desgastan más rápido, pues la frecuencia con la que frenamos es mayor.
En cuanto a los kilómetros recorridos, las pastillas delanteras deben ser cambiadas cada 60.000 kilómetros y las traseras cada 120.000 kilómetros. En cualquier caso, los expertos recomiendan cambiarlas cuando les queda menos de un 30% de grosor y revisar estos elementos cada 20.000 kilómetros.
Retrasar su cambio no es aconsejable, pues se podría dañar la superficie de los discos y aumentaría unos 500€ más el coste de la reparación.
Cómo saber si tengo que cambiarlas
Al igual que con los discos, es importante saber reconocer cuándo nuestros coche nos está avisando de la necesidad de cambiar estos elementos. En este caso, hay tres formas de saber que hay un problema con las pastillas de freno:
- El pedal de freno emite chirridos: se da cuando las pastillas están desgastadas. El metal de las pastillas roza con el de los discos y se produce este sonido.
- El testigo de frenos: cuando este se enciende, debemos acudir al taller, pues tenemos un problema con nuestros frenos, que puede ser debido al desgaste de las pastillas.
- El testigo del líquido de freno: se puede encender por una fuga en el circuito de frenado. En este caso, las pastillas tienen un mayo recorrido y causan fricción y el sistema lo compensa con el líquido de freno.
- El coche se desplaza hacia un lado: si sientes que tu coche se desvía mientras conduces, puede ser una señal de desgaste de las pastillas de freno o de que los pasadores de la pinza estén pegados.
Cuánto cuesta cambiar las pastillas de freno
Las pastillas de freno tienen un coste aproximado de entre 100€ y 300€, precio que dependerá del modelo del coche y del tipo de pastillas que elijas.
Ahora que ya sabes un poquito más sobre el sistema de frenado de tu coche y cada cuánto debes reemplazar sus piezas ¡No lo descuides! Tu seguridad y la de los demás conductores es lo más importante.