Comienza la segunda parte de pueblos bonitos cerca de Madrid para amantes de la carretera, en la que continuamos dentro de la propia comunidad conociendo aquellos pueblos que nos pueden ayudar no sólo a conocer un poco más la cultura y la historia de la comunidad, sino también a romper con la monotonía de la ciudad y zambullirnos en nuevos paisajes, urbanismos y modos de vida.
Abróchate el cinturón y ponte en marcha, porque empieza la Parte II de pueblos bonitos cerca de Madrid.
San Martín de Valdeiglesias (60 km)
San Martín de Valdeiglesias, a 60 km de la capital, es un pequeño municipio cercano a las provincias de Ávila y Toledo. Su origen lo podemos rastrear hasta el siglo XIII, con una pequeña ermita alrededor de la cual se levantó el pueblo.
Su mayor reclamo es el Castillo de la Coracera, mandado levantar por el noble Álvaro de Luna en el siglo XV para usar tanto como residencia como de pabellón de caza.
Se trata de una fortaleza de planta cuadrada dividida en tres volúmenes, entre los que destaca la torre del homenaje. El castillo, por cierto, pertenece al ayuntamiento de Valdeiglesias desde hace relativamente poco, pues se hicieron con su titularidad en 2003.
Otras de las atracciones que se pueden visitar en Valdeiglesias o sus alrededores son El Bosque encantado, que es como se conoce al jardín botánico de la localidad. Más de 500 especies vegetales y unas 300 esculturas vivientes realizadas sobre setos donde podrás ver dinosaurios, dragones, bailarinas y un sinfín de diferentes figuras.
Otra opción muy a tener en cuenta sobre todo durante los meses de calor es el Embalse de San Juan, que se encuentra muy cerca de Valdeiglesias. Allí, además de disfrutar de una experiencia playera, podrás practicar deportes náuticos como el esquí acuático o el wakesurf.
Chinchón (61 km)
Al sureste de la comunidad, en la comarca de Las Vegas, se encuentra Chinchón, una pequeña ciudad declarada en 1974 Conjunto Histórico-Artístico, reconocimiento que le debe a su hermosa plaza central, del siglo XV.
Esta plaza medieval es, sin duda, uno de los ejemplos más notables de plazas porticadas castellanas. A su alrededor, sobre pórticos, se cuentan 234 balcones que empezaron a levantarse en el mismo siglo XV, para terminar de cerrar la plaza, que a veces se utiliza como coso taurino, en el siglo XVII.
Junto a la plaza te encontrarás con la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que alberga en su interior un cuadro de la asunción de la virgen pintado por Goya.
Pero Chinchón no se acaba aquí, ya que todavía cuenta con más patrimonio destacado, como la Torre del Reloj o el convento de San Agustín. Pero, sin duda, junto con la plaza, el otro gran monumento es el Castillo de los Condes de Chinchón.
Esta fortificación, una de las dos del municipio junto al de Casasola, que lamentablemente se encuentra en un estado bastante delicado, es una fortaleza construida sobre otra anterior y que a lo largo de los siglos ha pasado por diferentes agresiones y restauraciones, sobre todo durante la Guerra de Sucesión Española. Actualmente pertenece a los condes de Chinchón y su estado de conservación se podría calificar como bueno.
El castillo cuenta con dos cuerpos que forman entre sí una gran planta rectangular, y está rodeado por un foso. En su interior que, entre otras cosas, sirvió como fábrica de licores, sólo se conserva la planta inferior.
Villa del Prado (62 km)
En la frontera con Toledo está Villa del Prado, un municipio principalmente dedicado a la agricultura (Villa del Padro es conocida como “La huerta de Madrid”) y que encuentra sus orígenes en una antigua fortaleza árabe.
Con los siglos, la población pasó por algunos avatares complicados debido a su localización, como la Guerra de la Independencia o la I Guerra Carlista, además de sufrir varias epidemias en la segunda mitad del siglo XIX.
Dentro de sus atractivos señalamos su ayuntamiento, de tipo castellano y que te podrá recordar, si lo has visitado, a los balcones de Chinchón. Pero no te quedes sólo con esta parte, Villa del Padro cuenta con un rico patrimonio entre ermitas, su plaza mayor y, por supuesto, todo su entorno natural, en el que podrás disfrutar de, por ejemplo, el río Alberche.
Colmenar de Oreja (63 km)
Colmenar de Oreja es un precioso pueblo de los alrededores de Madrid (a unos 63 km de la capital). Se encuentra a sólo 5 km de Chinchón, otros de los pueblos bonitos cerca de Madrid.
Llama la atención de Colmenar de Oreja su Plaza Mayor, típica plaza castellana del siglo XVII, amparada por soportales y pintorescos balcones. Pero, lo que a simple vista puede parecer una plaza mayor más, esconde tras de sí una obra de ingeniería empleada para desviar el torrente de agua que recorre, o más bien recorría, la plaza.
Este es el túnel conocido como “Ojo de la Fuente” o “Arco de Zacatín” y que sustenta la Plaza Mayor, atravesándola. La obra tardó en completarse 118 años, y desemboca en una fuente.
Torrelaguna (66 km)
Torrelaguna fue el lugar de nacimiento del conocido Cardenal Cisneros, aquel que se hizo cargo de la regencia del Reino de Castilla en lugar de la infanta Juana “La Loca”.
Cisneros se ocupó de convertir a Torrelaguna en parte de lo que es hoy, ya que mandó construir diferentes monumentos a lo largo del pueblo. Por lo tanto, podemos considerarlo primer responsable de su increíble aspecto actual.
A lo largo de Torrelaguna, además de disfrutar paseando por su Casco Antiguo, que ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico, podrás detenerte a contemplar su Plaza Mayor, la Iglesia Parroquial de la Magdalena o la Abadía de las Madres Concepcionistas Franciscanas Descalzas.
También podrás ver los restos de la antigua muralla de la localidad, de la que queda un recuerdo en forma de agujero de la Guerra de la Independencia, sus características casas solariegas o su típicamente castellano consistorio.
Torremocha de Jarama (73 km)
Torremocha del Jarama es un pequeño pueblo de menos de 1000 habitantes que linda con la provincia de Guadalajara. Es una de las zonas cerealistas de la Comunidad de Madrid, y está regada por los ríos Jarama y el arroyo de San Román.
Torremocha es lo que se conoce como una villa propiamente castellana. Sus casas de estilo tradicional, sus fuentes y sus plazas traen a nuestra memoria recuerdos (seguramente no vividos) de tiempos pasados más tranquilos y alejados del hormigón de las grandes ciudades.
En sus alrededores los protagonistas son los cultivos, con campos de cereales, viñedos y olivares, por lo que un paseo por la zona para contemplar los cultivos siempre será un buen plan.
Pero si lo que queremos es conocer Torremocha como tal, lo mejor que podemos hacer es pasear por sus calles y detenernos en sus monumentos, como la Iglesia de San Pedro Apóstol, construida entre los siglos XIII y XV, por lo que tiene detalles tanto románicos como góticos.
Muy cerca de otra iglesia, la de San Pedro Apóstol, está la Fuente de las Tinajas, adornada con seis ánforas de barro que le dan un toque rústico pero original.
Patones de Arriba (77 km)
Patones de Arriba es una de las localidades del municipio de Patones. Su localización, recóndita, impidió que a ella llegaran las tropas francesas, a pesar de haber realizado numerosas incursiones por la zona. Y es que esta pequeña localidad, por aislada y especial, ha mantenido todo su encanto con los años. Un encanto que se debe, en parte, al uso de la pizarra.
Patones de Arriba es uno de los “Pueblos Negros” de Madrid. Esto es, que la pizarra es el mineral principal utilizado para la construcción de casas y caminos. Fíjate en que suele haber una diferencia en la textura entre la pizarra utilizad en los muros y la que se empleó en los caminos. Fíjate, la de los caminos está mucho más pulida. Esto es porque la pizarra empleada para las calles solía extraerse del río, donde la erosión las había pulido y suavizado.
Muy cerquita de esta localidad, por cierto, está el Acueducto del Canal de Isabel II, un hermoso acueducto con el que puedes terminar tu visita tras recorrer la pequeña maravilla que es Patones de Arriba.
Rascafría. Monasterio de Santa María de El Paular (81 km)
El Monasterio de El Paul fue iniciado en 1390 como el primer monasterio cartujo de Castilla, por orden de Enrique II de Castilla, primer rey de los Trastámara. La construcción se alargó por varios siglos, adquiriendo su forma definitiva bajo el gobierno de Isabel La Católica. Antes de su llegada, y gracias al arquitecto morisco Abderramán, la obra se llenó de influencias mudéjares, para pasar luego a las platerescas, que se pueden admirar en su magnífico retablo, a finales del siglo XV.
Entre mediados del siglo XIX y XX el monasterio no contó con vida religiosa, ya que fue desamortizado para, un siglo después, en 1942, volver a manos de los monjes cartujos.
Pero lo cierto es que Rascafría no se acaba aquí, ya que ofrece un gran número de actividades al aire libre, como numerosas rutas de senderismo que recorren gran parte de la Sierra de Guadarrama.
Cómo llegar
Buitrago de Lozoya (84 km)
Sobre el espacio dejado por un imponente meandro del río Lozoya se alza Buitrago de Lozoya, un espectacular municipio de poco menos de 2000 habitantes. Protegido por unas murallas en excelente estado de conservación, en Buitrago de Lozoya te encontrarás con una fortificación impresionante, además de un Museo dedicado a Picasso con unas 60 obras del autor.
El Castillo, propiedad de la poderosa familia Mendoza, se construyó entre los siglos XV y XVI. Su estilo es mudéjar, en contraposición con la mayor parte de las fortificaciones de la época. De planta casi cuadrada, contaba con siete torres, pero lamentablemente su interior ha desaparecido casi por completo. Actualmente se realizan talleres y visitas teatralizadas.
Un puente cruzaba desde el castillo hacia el bosque, donde el Marqués de Santillana mandó levantar una construcción conocida como La Casa del Bosque.
No te pierdas tampoco la Torre del Reloj y la Iglesia de Santa María del Castillo. Y, por supuesto, el Museo Picasso, que recibió las obras de una donación perteneciente al barbero e íntimo amigo del Pintor, Eugenio Arias.
Garganta de los Montes (88 km)
Braojos de la Sierra (92 km)
Braojos de la Sierra es un pequeño pueblito del Puerto de Somosierra. Muy tranquilo y acogedor, su economía se sustenta, sobre todo, en la ganadería. Braojos es uno de esos lugares que parece que se han detenido un poco en el tiempo y donde, si uno presta atención, puede oír a la naturaleza de su alrededor.
Destaca, además del conjunto de calles empedradas y preciosas casas de piedra, su iglesia dedicada a San Vicente Mártir, que durante las navidades vive la danza de La Pastorela, cuando entre bailes y música se ofrecen los mejores corderos de la zona en ofrenda.
Es una iglesia del siglo XVII construida sobre una antigua torre de origen militar. La torre es de estilo gótico pero cuenta con agregados en mampostería de estilo barroco. En su interior sobresale la obra escultórica de Gregorio Fernández, maestro escultor barroco, que dejó su impronta en Braojos con un retablo digno de admirar.
Montejo de la Sierra (100 km)
Montejo de la Sierra forma parte de la red de Pueblos Turísticos de Madrid. Situado en la Sierra Norte, ofrece un paraje natural lleno de alternativas turísticas, además de algunos edificios de interés.
Tal vez lo más interesante sea visitar el Hayedo del Montejo que, como su propio nombre indica, es un bosque de hayas. Con un microclima especial, más húmedo de lo que te puedas imaginar para esta zona, cubre 250 hectáreas de puro bosque, con presencia de una fauna propia que incluye desde nutrias hasta águilas, corzos y gatos monteses.
Pero, volviendo a Montejo de la Sierra, antes de partir en una de sus numerosas rutas de senderismo o btt, te recomendamos que pares un rato en su iglesia Parroquial, dedicada a San Pedro y construida entre los siglos XVI y XVIII, de estilo barroco.
Horcajuelo de la Sierra (103 km)
Sobre los arroyos Garita y Grande nos encontramos con Horcajuelo de la Sierra, a 103 km de la capital y perteneciente a la Sierra Norte. Es un pequeño pueblo, de poco más de 80 habitantes, con un centro urbano y un museo etnológico que no te puedes perder.
El museo es una antigua casa de tres plantas rehabilitada en 1977. En su interior se muestra diferentes aspectos de la vida cotidiana tradicional en Horcajuelo de la Sierra. Así, tenemos que en la primera planta hay útiles típicos de los quehaceres diarios de la casa. En la segunda, las habitaciones reproducen el aspecto de una vivienda rústica de época. Por último, en la tercera se ve una muestra de la indumentaria típica, tanto de diario como para ocasiones especiales.
El pueblo también dispone de una pequeña iglesia, dedicada a San Nicolás de Bari, de estilo gótico, pero tal vez lo que más llama al turista es la presencia del Hayedo de Montejo, un bosque de hayas de 250 hectáreas perteneciente a esta sierra que, por cierto, fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
La Hiruela (110 km)
La Hiruela es otro de esos pueblos bonitos cerca de Madrid que brillan por su arquitectura negra tradicional, que se apoya en el uso de la piedra pizarra como material principal de construcción.
En plena sierra, muy cerca de la frontera con la provincia de Guadalajara, entre casas de piedra suelos empinados y empedrados, podrás pasear por un trocito de la historia de este pueblo, que parece haberse detenido en el tiempo para disfrute de los turistas del siglo XXI.
Dentro del pueblo podrás visitar su museo etnológico, que recrea el interior de una de estas preciosas viviendas rústicas. Fue inaugurado en 2002 y alberga una exposición permanente que recrea las estancias de una vivienda del siglo XVII. En total, unas 1000 piezas, en parte aportadas por los propios vecinos.
Puebla de la Sierra (116 km)
La Mujer Muerta es el nombre que recibe la alineación montañosa de la Sierra de Guadarrama donde se encuentra Puebla de la Sierra, a 116 km del centro de Madrid. Anteriormente, y por eso la anécdota del nombre de la sierra, este pequeño pueblo se conocía como Puebla de la Mujer Muerta.
Esta serie de montañas, algunas de más de 2000 metros de altitud, que rodean a Puebla de la Sierra, siguen una línea oeste-suroeste a este-noreste durante unos 11 km, y deben su nombre a, al parecer, la forma de mujer tumbada que se intuye al ver la sierra desde lejos.
Para justificar tan tétrico nombre, existen diferentes leyendas, todas ellas sobre amoríos y luchas por amor o sacrificios que terminan con una gran tormenta moldeando la montaña y dándole su forma final, de doncella muerta.
Pero, volviendo a Puebla de la Sierra, este pequeño municipio convertido en villa a finales del siglo XVI, se caracteriza por su arquitectura negra, con uso de la piedra pizarra para construir caminos y viviendas.
Dentro del pueblo, además de su plaza y de lo hermoso de sus calles, se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, del siglo XVI, además de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, del XVII.
Adicionalmente, y como es habitual en los pueblos de la sierra, desde Puebla de la Sierra parten numerosas rutas de senderismo hacia parajes y pueblos cercanos.
Esperamos que te haya gustado este pequeño recopilatorio de pueblos bonitos cerca de Madrid que hemos centrado en aquellos que están a más de 60 km de la capital. Como has podido ver, esta es la parte II, lo que significa que hay una Parte I. En las siguientes partes nos enfocaremos en las provincias cercanas a la Comunidad de Madrid, que escnden también sus propios tesoros en forma de pequeños y encantadores municipios.
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¡Nos vemos!