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Existen numerosos tipos de carreteras, con sus características propias, que se clasifican según una nomenclatura y señales propias.
Básicamente, podemos dividir las diferentes clases de vías entre aquellas que discurren dentro de un poblado (vías urbanas) de las que no (vías interurbanas).
Con esta pequeña clasificación incluso podríamos ir un poco más allá (y, de hecho, lo haremos) y diferenciar todos los tipos de carretera.
De modo que, si has llegado hasta aquí con ganas de saber más sobre las vías interurbanas y, de paso, ampliar conocimientos sobre los tipos de carreteras, estás de suerte.
¡Vamos allá!
Entrando en materia, ya que hemos venido aquí a hablar de vías interurbanas. Según la DGT, las vías interurbanas son aquellas vías que están fuera de poblado, es decir, más allá de las señales de entrada y salida de una localidad, y que se encargan de conectar localidades.
Claro, esta definición es muy amplia, ya que bajo ella caben vías tan diferentes entre sí como autopistas, carreteras nacionales, comarcales, etc.
La diferencia fundamental es la localización. Como hemos visto, la vía interurbana se sitúa fuera de los núcleos urbanos, marcando la señalización de entrada y salida de una localidad sus límites.
Por su parte, las vías urbanas son aquellas que se encuentran dentro de los centros urbanos, y conectan zonas de la localidad por medio de calles, plazas, circunvalaciones, etc., haciéndose cargo de la gestión del tráfico vehicular y peatonal.
En los núcleos de población densamente habitados, las vías urbanas se hacen cargo de grandes concentraciones de tráfico en determinados momentos, por lo que la distribución de las vías debe ser lo más eficiente posible para evitar aglomeraciones que puedan causar verdaderos problemas.
Suelen tener múltiples accesos, que no están regulados, y todo tipo de intersecciones, siendo las vías urbanas generalmente de corta distancia.
Por su gran parecido, comencemos hablando de las autopistas y autovías como vías interurbanas.
Las autopistas son vías para vehículos motorizados, sin acceso a peatones ni a vehículos no motorizados.
Se caracterizan por disponer de calzadas independientes para cada sentido de la circulación, velocidades máximas de 120 km/h, siendo las vías interurbanas de mayor velocidad, no tener acceso a propiedades colindantes, etc.
Resumiendo, las autopistas deben tener:
Por su parte, las autovías son muy similares a las autopistas, pero cuentan con unas diferencias claras. Son las siguientes:
Las vías rápidas son otro tipo de vías interurbanas en las que los vehículos pueden circular a gran velocidad. Se tata de carreteras de doble sentido con limitación de acceso a vehículos de motor y reguladas por la UE con las directivas 85/337/CEE y 97/11/CE.
No disponen de cruces al mismo nivel, rotondas o intersecciones que puedan aminorar el sentido de la marcha, ni acceso a viviendas colindantes o pasos.
Otra forma de llamarle a las vías interurbanas es carreteras convencionales. Bueno, para este caso tendríamos que eliminar de la ecuación a las autopistas, las autovías y las vías rápidas, y centrarnos más en las conocidas carreteras nacionales y comarcales.
De este modo, por carretera convencional entenderíamos todas aquellas calzadas de doble sentido no separadas por una barrera física, de uno o más carriles por sentido de circulación.
El límite de velocidad para este tipo de vías está entre los 90 y 100 km/h cuando existe separación física entre los sentidos de la marcha, y por ellas nos encontramos con todo tipo de vehículos motorizados, desde ciclomotores hasta tráfico pesado.
En ellas nos encontramos con cruces, intersecciones, acceso directo a viviendas, terrenos, etc. Su tráfico, pese a los límites altos de velocidad, no es tan rápido como el de autopista y es más proclive a ciertas aglomeraciones.
Las vías interurbanas también se pueden clasificar según su función, ya sean carreteras nacionales, comarcales, locales, etc.
Son las siguientes: