Entre la gran cantidad de piezas que podemos encontrar en nuestro coche, hay una muy desconocida pero también muy importante. Se trata del solenoide y, si no has escuchado hablar de ella ¡sigue leyendo! En este post te contamos de qué se trata.

Solenoide, el gran desconocido


Cuando hablamos de solenoide, lo primero que debemos saber es que se trata de una bobina que se usa en diversos aparatos eléctricos normalmente para controlar el flujo de líquido o gas. Esta bobina tiene en su interior un alambre enrollado en forma de espiral sobre un armazón cilíndrico y por lo general está fabricado en plástico, aluminio, latón o acero inoxidable.  

Estamos ante un componente que trabaja a través de fuerza electromagnética y, para llevar a cabo su trabajo mediante este tipo de fuerza, es necesario que el dispositivo sea capaz de generar su propio campo electromagnético. El solenoide, crea su propio campo magnético cuando circula una corriente continua por su interior. 

Podemos encontrar solenoides en muchas piezas esenciales en los automóviles, como los inyectores. De forma general, nos referimos a esta pieza como solenoide de arranque o contactor, automático, relé de tracción, solenoide de tracción o incluso relé de arranque.

Lo podemos encontrar encima del motor de arranque, ubicado normalmente sobre la caja de cambios, aunque esto puede variar según la marca y el modelo del coche. Por eso, se aconseja revisar el manual del fabricante para conocer su ubicación exacta.

¿Dónde se utiliza el solenoide?


Aunque su uso más habitual es en coches, donde controla el paso de gases, podemos encontrar los solenoides en muchos sectores diferentes. Desde configuraciones industriales, hasta el suministro y tratamiento del agua o instalaciones de transportes.  

En nuestro día a día, podemos encontrarnos con que las líneas de gas o electrodomésticos como lavadoras o lavavajillas, entre otras muchas cosas, también cuentan con solenoide.

En función del uso que se le vaya a dar, es posible que nos encontremos diferentes modelos, en los que puede variar, por ejemplo, el diseño o el tamaño. 

Cómo funciona el solenoide


A la hora de arrancar el motor de nuestro coche, lo primero que tenemos que hacer es girar la llave de contacto para llevarla a la posición de arranque (en algunos coches, sólo tendremos que pulsar el botón de arranque). Con este movimiento, enviamos la corriente eléctrica de la batería a través del clausor al solenoide de arranque. 

Cuando esta corriente pasa por el solenoide, genera un campo magnético que atrae un núcleo de hierro asociado a una palanca encargada de empujar el piñón de ataque del motor, lo que hace que este funcione y se ponga en marcha el vehículo

En el momento en que soltamos la llave de contacto y pasa a la posición de contacto, deja de pasar electricidad por el solenoide, por lo que el campo magnético desaparece y todos los elementos del  motor de arranque entran en reposo. 

Para nosotros, la aplicación de los solenoides se reduce a encender o apagar un interruptor. 

Síntomas de que falla el solenoide

Como hemos comentado antes, el solenoide es una pieza primordial a la hora de arrancar nuestro coche. Que este se encuentre en buen estado y funcione perfectamente es imprescindible para que nuestro motor se encienda al girar la llave. 

A pesar de que nos encontramos ante una pieza bastante duradera, no es eterna y, como todo, puede sufrir averías o fallar en algunos casos. Cuando esto ocurra, nuestro vehículo nos avisará de que esta pieza empieza a dar problemas mostrando
algunos síntomas a los que debemos prestar atención:

Causas más comunes de fallo en el solenoide


Cuando esta pieza falla, puede deberse a multitud de causas, pero las más comunes son: 

Cuando se confirme que se trata de un problema derivado del solenoide, es muy importante llevarlo a un taller y repararlo o sustituir la pieza para evitar así quedarnos tirados en cualquier lugar. 

¿Está el solenoide en buen estado?


Es posible que nosotros mismos llevemos a cabo una inspección para comprobar el funcionamiento del solenoide. Para ello, podemos utilizar un multímetro, que es un dispositivo capaz de medir la tensión de cualquier componente eléctrico. En este caso, debemos comprobar que el terminal positivo (rojo), esté conectado al cable positivo del aparato y el terminal negativo, al cable negativo.

Una vez hecho esto, debemos arrancar el coche llegando hasta los 0.5 V. Si se observa más caída de la debida, significa que tenemos un problema con el solenoide y, por tanto, debemos sustituirlo.
 
En caso de no tener a mano un multímetro, podemos usar unas pinzas de batería. Con esto, debemos colocar la pinza negativa sobre la carcasa del motor de arranque y la pinza positiva tocar el terminal del solenoide. Si la electricidad pasa, el motor arrancará. 

Recuerda realizar esta pruebas extremando la precaución, pues es un elemento muy delicado y se podría estropear. 

¿Puedo conducir un coche con el solenoide defectuoso?


Si ya estás conduciendo el coche y el solenoide se estropea, puedes continuar hasta llegar a una parada. Sin embargo, si tienes que arrancar el coche sin un solenoide que funcione de manera correcta, el vehículo no responderá y, por tanto, no será posible arrancarlo. 

¿Cuánto cuesta cambiar el solenoide?


El solenoide de arranque nos puede costar entre 20 y 60 euros, pero en los desguaces, podemos encontrar motores de arranque casi nuevos por unos 60 o 70 euros. Por eso, cuando tenemos que cambiar una pieza con solenoide, lo normal es que se cambie por completo tanto el motor como el solenoide de arranque.