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Cuando hablamos de movilidad eléctrica, mucha gente piensa en coches que se enchufan a una toma de corriente y tienen una enorme batería. Sin embargo, nos encontramos con una nueva tecnología de propulsión: los motores de hidrógeno. ¿No has oído hablar de ellos? Sigue leyendo, en el post de hoy te contamos todo lo que debes saber.
Un coche de hidrógeno, también conocido como vehículo de celda combustible es aquel que utiliza la reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno del aire para generar electricidad y alimentar así el motor eléctrico.
Este tipo de coches cuenta con una gran ventaja: tienen la misma autonomía que un vehículo convencional pero sin tener que ser enchufados y con cero emisiones contaminantes.
Los coches de hidrógeno cuentan con varios depósitos en los que se almacenan, aproximadamente, unos 50 litros de gas. Ese hidrógeno se para a una pila de combustible que se encuentra en la parte delantera del coche.
En esta pila, se produce una reacción química entre el hidrógeno almacenado y el oxígeno del exterior que forma electricidad. Esta electricidad se almacena en una batería de ión-litio que pasará al motor eléctrico y permitirá que se mueva el coche. Durante este proceso, también se genera vapor de agua, que es expulsado por el tubo de escape.
A pesar de lo que muchos pueden pensar, los motores de hidrógeno están disponibles en varias configuraciones que se adaptan a las distintas necesidades y aplicaciones. Entre todos, podemos destacar los principales tipos:
Que los motores de hidrógeno sean considerados la tecnología del futuro no es una casualidad. A continuación te mostramos sus mayores puntos fuertes:
Como es de esperar, estos motores no son perfectos, por lo que te mostramos también alguna de sus desventajas:
En los motores de combustión interna que emplean hidrógeno, el consumo se mide en kilogramos por hora, aunque puede variar según el diseño del motor. Un motor de combustión interna de hidrógeno, por ejemplo, consume aproximadamente unos 0.8/100 km, que viene siendo unos 8€ cada 100 kilómetros.
Para dar respuesta a esta pregunta vamos a poner como ejemplo el Hyundai Nexo. Este vehículo dispone de tres tanques de hidrógeno, situados debajo del asiento posterior. Cada depósito cuenta con una capacidad de 52.2 litros, que viene siendo un máximo de 156.6 litros. Con los tres depósitos cargados, el vehículo podrá recorrer unos 666 kilómetros.
Uno de los mayores problemas del hidrógeno es almacenarlo y transportarlo puesto que, al ser un gas, se va perdiendo por el camino. Crear un circuito estando en donde no haya pérdidas es muy complicado, lo que explica que los depósitos de hidrógeno del coche estén situados en la parte delantera del vehículo, junto a la batería y motor eléctrico.
Además, la producción de hidrógeno con energías renovables también tiene un gran problema pues, de cada 100 unidades de energía producida, la conversión a hidrógeno mediante electrólisis aprovecha sólo 75. Ese gas debe comprimirse y transportarse a la hidrogenera, proceso que tiene un 90% de efectividad.
Una vez en el tanque del vehículo, el hidrógeno vuelve a convertirse en electricidad con una eficiencia del 60% y los motores eléctricos aprovechan el 95% de esa energía. Resumiendo, el vehículo acaba usando el 38% de la electricidad generada por las turbinas eólicas o en paneles solares.
Sólo en el caso de que la demanda de vehículos de hidrógeno aumente, los costes y las inversiones necesarias acabarán compensando.
Los pocos modelos con motor de hidrógeno disponibles en el mercado cuestan más que cualquier vehículo de combustión o eléctrico de batería equiparable.
Que el precio de estos vehículos sea tan alto viene dado por varios motivos. Uno de estos motivos es la necesidad de platino, material que se utiliza como catalizador durante la generación de energía. A día de hoy, la cantidad necesaria de este material ya se ha reducido de manera considerable gracias al reciclaje de catalizadores.
Otro de los motivos que influye es el precio del combustible. Actualmente, un kilogramo de hidrógeno (con el que podemos recorrer unos 100 kilómetros) cuesta 14€, lo que hace que el coste por kilómetro sea muy parecido al de un vehículo de combustión.
Actualmente en España podemos encontrar dos modelos: Hyundai Nexo y Toyota Mirai. Las ventas en 2022 fueron mínimas, pues se matricularon cuatro unidades a los que se sumaron 5 unidades más en 2023. En 2024 la lucha sigue teniendo dos contrincantes, Hyundai y Toyota. Los precios de estos vehículos ascienden a unos 73.450€ en el caso del Nexo y a 75.600€ en el del Mirai.