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A pesar de que a todos nos gustaría que los neumáticos de nuestro coche fueran eternos, no es así. Cada vez que utilizamos el coche, sufren un desgaste que acorta su vida útil. Si no sabes cuándo debes cambiarlos, sigue leyendo, en este post te lo explicamos.
Como puedes imaginar, la duración de los neumáticos y la cantidad de kilómetros que puedes hacer con ellos va a depender mucho de cómo conduces, el estado del coche y de la calzada, la temperatura y otros factores.
A pesar de lo que muchos puedan pensar, los neumáticos no tienen fecha de caducidad y, por ende, no caducan a los cinco años, tal y como dicen. La Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (ADINE) explica que no existe ninguna normativa tanto nacional como europea que regule la caducidad de los neumáticos.
Muchos usuarios confunden los números que aparecen en los neumáticos con la fecha de caducidad, pero se trata nada más ni nada menos que de la fabricación. Esta fecha no guarda relación con su caducidad y tampoco determina su eficacia, puesto que la vida útil de los neumáticos comienza cuando se instalan en el vehículo, siempre y cuando se hayan guardado en buenas condiciones y no haya pasado un tiempo excesivo.
Para saber cuándo se han fabricado nuestros neumáticos sólo tenemos que observar su flanco y buscar las cuatro cifras que aparecen en un círculo y que acompañan al código DOT (Department Of Transportation). Las dos primeras cifras corresponden a la semana de fabricación y las dos últimas al año, por ejemplo, 2423: semana 24 del año 2023.
La fecha de fabricación es más importante de lo que crees, sobre todo a la hora de comprar neumáticos de segunda mano, ya que puede parecer que están en buen estado, pero con la fecha podemos comprobar si son o no demasiado viejos.
Los números y letras que nos encontramos en las ruedas de nuestro coche son algo así como su carné de identidad.
En primer lugar podemos encontrar una composición de números y letras ordenados de esta forma XXX/XX RXX (por ejemplo, 225/55 R26). La primera cifra nos indica la anchura del neumático (en milímetros), la segunda es una relación porcentual entre la altura y la anchura y la tercera hace referencia al diámetro de la llanta (en pulgadas). La R (radial) nos indica la estructura con la que se ha construido el neumático.
En segundo lugar nos encontramos otro número y una letra. Esta cifra corresponde a un índice de carga y la letra es el código de velocidad máxima que admite un neumático. Un ejemplo sería 95W.
Si continuamos por el flanco de la goma, veremos el nombre de la marca y modelo del neumático. Además, puede aparecer una montaña o copo de nieve, que nos quiere decir que se trata de un neumático de invierno. También pueden aparecer las letras M+S, que nos indica que es una rueda para barro y nieve.
Finalmente, también podrán contar con códigos que nos indiquen si el neumático ha sido desarrollado en especial para una marco o modelo concreto, como K1 o K2 para Ferrari o MO para Mercedes. Una de las más comunes es Tubeless, que hace referencia a que la goma no necesita cámara de aire.
Al tratarse de un elemento esencial para la seguridad, es importante que se revisen de manera habitual. Además de los 1.6 mm de profundidad de dibujo que se indican en el Reglamento General de Vehículos y que te exigen como mínimo al pasar la ITV, también puedes:
Los propios fabricantes reconocen que no se puede concretar hasta qué momento o cuántos kilómetros puede aguantar un neumático, pues todo va a depender de su desgaste.
A su vez, el desgaste de los neumáticos depende de las condiciones de uso o mantenimiento. Por ejemplo, los neumáticos envejecerán antes si se utilizan en un asfalto rugoso o con muchas imperfecciones, con mucha carga o por una incorrecta presión.
Como ya comentamos anteriormente, la vida útil de los neumáticos comienza a partir de su instalación. Se considera que la duración normal de un neumático ronda los 40.000 o 50.000 kilómetros pero todas las marcas recomiendan revisar los neumáticos del coche por un profesional pasados 6 años desde su montaje, aunque se hayan recorrido pocos kilómetros.
Desde ETRTO advierten que pasados diez años desde la fecha de fabricación, las propiedades del neumático se van deteriorando, por lo que se recomienda sustituirlos por unos nuevos, aunque la profundidad del dibujo de la banda no haya alcanzado el mínimo legal (1,6 mm) y no estén muy rodados.
Si eres de los que utiliza neumáticos distintos para el invierno y para el verano, debes tener en cuenta que su vida útil se puede acortar o alargar según cómo los cuides o almacenes mientras no los utilizas.
Los neumáticos deben guardarse en un lugar resguardado de la intemperie, seco, ventilado y limpio. Además, debes protegerlos también del calor y de superficies con frases, aceites, combustible u otras sustancias.
Lo más aconsejable es utilizar palets para guardarlos a corto plazo y se debe invertir el orden cada mes para evitar que se deformen. Si se trata de neumáticos montados con la llanta, entonces se deberán guardar inflados y en posición vertical. Si por lo que sea vas a guardar tus neumáticos durante un largo periodo de tiempo, entonces será mejor que lo hagas en vertical en estanterías y que los gires al menos una vez al mes.
A pesar de que no hay ninguna sanción establecida por circular con ruedas que superen su vida útil, es necesario revisar su estado y asegurarnos de que se encuentren dentro de dicho periodo. Circular con ruedas en mal estado puede suponer una multa de entre 120 y 800€ y 6 puntos del carné.